TOXINA BOTULÍNICA Y SUS COMPLICACIONES ANTES DE LA APLICACIÓN

Resumen

Para alcanzar los estándares de belleza impuestos por la sociedad, los procedimientos de armonización facial han ganado espacio. La toxina botulínica (TB), producida a partir de la bacteria Clostridium botulinum, ha sido ampliamente utilizada en estética, además de su funcionalidad para el tratamiento de algunas patologías. Este estudio tuvo como objetivo realizar una revisión integradora sobre la toxina botulínica y las posibles complicaciones derivadas de su uso. Esta investigación consistió en un estudio bibliográfico descriptivo-explicativo, con enfoque integrador y análisis cualitativo. La investigación se basó en datos recopilados en la literatura, seleccionando estudios publicados entre 2019 y 2023. En total, se utilizaron 16 artículos para la revisión. La TB actúa bloqueando la transmisión nerviosa e inhibe la liberación de acetilcolina, favoreciendo la relajación muscular. La toxina tipo A es la más utilizada y su dosificación se determina en función de factores como la genética del paciente, la fuerza y ​​masa muscular, la marca del producto y la técnica utilizada. Su efecto tiene una duración media de 3 a 6 meses y aunque no es muy invasivo, pueden surgir algunas complicaciones del procedimiento: dolor, edema, asimetrías, asistencia, etc. La administración debe ser realizada por un profesional cualificado, siguiendo las pautas previas al procedimiento y que sepa afrontar los posibles efectos adversos y definir las intervenciones necesarias. Sin embargo, se concluye que la TB contribuye positivamente a los tratamientos con fines estéticos o terapéuticos, pero a pesar de ser considerado un método seguro, pueden presentarse complicaciones.